Un buen cliente, un buen arquitecto y una gran química entre ellos. Estos son los elementos más importantes que participan en el desarrollo de cualquier proyecto, si decidiéramos agregar un elemento a estos, sería la posibilidad de contar con un buen presupuesto; es opcional ya que con el presupuesto adecuado lograremos brindar al cliente los mejores materiales, cuando este falte, se trata de sustituir los mismos con algunos que nos puedan aportar las mismas emociones.

Uno de los objetivos más importantes de la arquitectura es brindar a cada espacio su identidad única, ¿cómo? Cada habitación de una casa debe contar con las características necesarias, capaces de transportar a cualquiera que entre en ella a un lugar confortable. Por ejemplo, los materiales que se utilizan para un baño requieren de un cierto nivel de resistencia a la humedad, uno que tal vez la habitación de sala no necesita, sin embargo, sí debe contar con la iluminación adecuada.

Para poder darle ese toque específico a cada espacio, es necesario responder a las siguientes cuestiones, primero, ¿cuál es su función? En este punto debemos responder, ¿qué esperamos de la habitación? Ya con esta respuesta, debemos preguntarnos, ¿qué materiales vamos a usar para cumplir con esas funciones? Este punto es como el ejemplo anterior, si necesitamos resistencia a la humedad, entonces requerimos de baja o nula porosidad. Por último, debemos preguntarnos, ¿qué queremos expresar con este espacio? Ya contamos, con la función, con los materiales indicados, ahora nos toca el saber lo que vamos a transmitir en el trabajo final.

Como podemos notar, el aportar la identidad a un espacio, no es una tarea que pueda tomarse a la ligera, pero si es una que llenara de satisfacción al cliente y al arquitecto.