La arquitectura es una de las profesiones más complejas creada por el hombre, nos permite experimentar diferentes emociones en el espacio al que llamamos hogar. El arquitecto debe cumplir con las expectativas del cliente, en ocasiones para un colectivo. Existen casos específicos en los que se debe responder a  necesidades genéricas y eso conlleva un nivel mayor de complejidad.

El arquitecto, debe responder con creatividad a las demandas que algún proyecto pueda tener para poder acercarse al destino final deseado; debe apoyarse de otras disciplinas para así afrontar cualquier reto que pueda presentarse.

La creatividad es entonces una de las herramientas más confiables del arquitecto, esta va de la mano con el primer acercamiento que se tiene con el cliente; ya que es en ese momento en el que el profesional de la arquitectura puede vislumbrar aquello que podrá plasmar; está incluida en cada etapa en el desarrollo de un proyecto, específicamente hablando en el punto del diseño podemos mencionar su función primordial.

Anteriormente hemos comentado acerca de cómo el diseño, ya sea de interiores o exteriores nos permite resaltar los elementos de cualquier estructura; el diseño es apoyado por la creatividad ya que juntos permiten al arquitecto el elegir materiales adecuados para alcanzar las expectativas del cliente. Pero, ¿qué es la creatividad? Es esa capacidad que tenemos los seres humanos de reinventar lo que nos rodea, está nos permite no sólo el crear ideas nuevas desde cero sino que nos ayuda a darle un giro total a algo ya existente.

En manos de un arquitecto estos elementos diseño y creatividad, pueden ofrecer al cliente una solución funcional, completa y eficaz para así cumplir sus objetivos, a eso es crear un proyecto integral, es ahí cuando estos dos puntos se vuelven uno solo.